Siempre hay un punto de no retorno para muchas cosas. Estoy al borde de tatuarme esa raya en la espalda, como marcando lo que no es y lo que no vuelve y las respuestas que no espero, a pesar de que respuesta implique una necesidad previa, siempre. Estoy en esos días en que cortarme los trozos que me sobran es indispensable, y al restar quedo en cero. Soy el subsuelo caliente de pies que no descansan.
15.6.11
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