26.8.07

Absolut.



Una vez más.
Veo el cadencioso ritmo de tus caderas agitarse certero frente a mis piernas.
Ce n`est pas l`habit.
Laborum: Reúno determinadas piezas de esa saliva incestuosa
para agitar mis adentros
en el tic tac confuso de los gemidos sintomáticos.

Absolut.
Un riso negro cayendo gordo por tus caderas huesudas de puta cumbianchera.
Niega la sonrisa contrita y la perfección del tacto.
Niega la sutileza brutal de las destrezas húmedas de la lengua.

¿Hagámos el mal en una cama de plata?
En un inventro de fuego furioso. En la creatividad robada de un poema rutinario.
Y Poesía Poesía Poesía.
Instíntame las ganas de llegar a arrebatarme los sueños negros que se agolpan en tus sienes quebradas.

La voluptuosidad única y suprema de la [pasión]

reside en la certeza de hacer el mal.
(Baudelaire)


Parole parole parole.
Parole parole parole....

Concentra tus gritos en el glitter que me quedó entre los dedos cuando te robé la boca.

24.8.07

Con veinte entradas hay un globo chicle grande de Poesía frustrada.
Perdí el miedo a nombrar el miedo.
Perdí el miedo a nombrar el mied.....





Y quiero que arranques tus voluntades hacia mis esperanzas.
Las únicas de las que tengo certeza, por ahora. Estaremos juntas mucho tiempo
y los brazos son lo suficientemente largos y gordos como para abrazarte por siempre.

Somos muchas y todas para tí.
Muchas distintas, las que te amarramos en abrazos a la vida.
Y muchas Paz también.

Te quiero harto Nana.

14.8.07

Carnaval.

Puedo hacerlo una y otra vez. Le conté que me comí sus entrañas en un lamido ficticio.
Y mi tema se repite una y otra vez. Logré sacarlo de mis profundidades para enrostrarselo en una sonrisa de lástima y perderme otra vez en tus intentos por atravesarme en palabras negras, estacas de carne y gemidos blancuzcos. Puedo no ser nada tantas veces y derrumbar tanto al mismo tiempo. Tanta basura entremedio de la carne.

Tantos sin sentido sentidos hasta el fondo.

¿Porque no solo reconocer la miserabilidad humana y lamer sus locuras con las mismas ganas con que nos embardunamos el resto del cuerpo? Tú y las locuras animales. Tú y tus cocodrilos sagrados, tus cráneos hediondos a cloro perdido. Tú y tus pulpos enroscándose entre las piernas.
Tú y los calores corporales que no existían callados por la nausea.

Y las cuencas me siguen mirando con ganas de que las rellene de carne y las mordidas no sean solo de aire. Me besaste y no niegues nunca el deseo que puede huir de ti sin mirar el rostro delante de tus piezas. Yo no te busqué la boca y el cuerpo. Yo sí invoqué el asco y los retazos salados de tu alma rota. Repartamos las culpas. Ahora, yo me acuesto entre tus trozos de vidrio-sangre-negra-muerta y tú puedes quedarte con el sabor de mi piel entre los dedos del cuerpo.

Carneia, un oráculo, tres pinceles, dos órdenes y una pelvis sola: la de Travolta.
Shake- shack!

9.8.07

Misiva vidente.

Llegué y te escribo. Con un cariño extraño, extremo, friolento.
Porque me gustaron las risas conjuntas.
Y lamenté el tiempo perdido en pensar en algo que no fuera liviano y maddonesco y risueño.

Y un te quiero harto en esa sintonía de ojos se me escapa sin meditación de por medio.
Un te quiero parte del todo que conforma mi vida para seguir riendo del absurdo del mundo.
Por que me faltaba esa mirada distinta que profetizaste un día. Porque hay que acompañar a nuestra amiga loca hacia mirarse distinto y seguir riendonos de la nada. Porque creo que eres una persona íncreible y quizás buscamos cosas similares en la vida.

Soy tan yo como tanta perfidia.
Somos perfidia y eso es tan auténtico, tan certero, tan divertido.

El brillo en los ojos te lo pagaré algún día.
Por ahora es una deuda en carne.
Y sí, puedes, pararme en una esquina y hacerte el resto sin problema.

Querido!!!! soy intensa y haz de saberlo y no sorprenderte...
Mis manifiestos son de sangre y van a ser más continuos que las olas que casi te ahogan.
Ojalá no te molestes que diga, que eres mucho, mucho, increiblemente demasiado, lo que necesitaba. Gracias por eso.
Pero esa es una historia que te gritaré un muy pronto largo día.

Hoy no tengo poesía para ti.
Mañana, la construimos juntos.

Un abrazo,
con las vacas cubanas,
los lobos marinos y los diarios de patrizzzzia muy muy presentes....



P.

5.8.07

Misiva ciega.

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No quiero saber nada del asco.
Ni de dios ni del diablo.
Especialmente de dios. Que se cae a pedazos en trozos patéticos
sin mi interés alguno por los crash de su reventar contra el piso.

Te sigo comiendo las bocas ácidas.

Los dientes blancos que solo
han sabido morder mis trozos sanos para arrancarlos con placer masoca de mis restos necrófilos. Siguen ahí con ganas de reventarlas contra mis manos para borrarles mi precioso paso por ellas.

Muer(d)ete y muere.
Llévate tus ansias petrificadas en egoísmos latentes

y pesares por mi voz ronca segura que te escupe eso que los colores te ocultaron.
Nadie te robará la muerte para quedársela y que sigas moviendo tus hilos, titiritero.

Nadie más.

Y lo sabes.
Sabes que mis sueños que un día no dopados soñaste son los que buscarás por siempre y no encontrarás. No encontrarás nunca lo que buscas precisamente porque lo perdiste. Trabajaste con persistencia de obra maestra para perderlo todo. Mataste con ansias mansonicas lo que se construyó con olor a tiempo, sangre, semen y sal. Especialmente sal.

Ya no basta con las palabras que siempre fueron suficientes. Los rasgamientos al intentar correr como loba furiosa a atrapar los frisbies de tus ganas se hicieron masivos y me desangro. Muestro los dientes y aúllo con dignidad en la certeza de querer dormirme en los ojos de la luna. Nos escuchó el silencio. Y eso reventó las burbujas de oxígeno pegajoso que nos mantenían en la misma manada. Gritamos y no queda nada. Lloramos y no queda nada. Nos rompemos y no queda nada.

Ojalá me hagas llegar tus ganas de alguna ectoplasmática manera. Que valga la pena. Que se recuerden los ácidos con salsa de berries, las cosas por las que desenvainamos, las sangres en las venas derramadas y las tristuras que no están enterradas en mierda. Ojalá me los hagas llegar porque no alcancé a retenerlos y por más que me agazapé no pude alcanzar las razones cuando huyeron despavoridas de los monstruos tentaculosos de la decepción y el cansancio. Yo hice lo que nunca debí. Lo que tatuamos no hacer. Olvidé. Me rasgué el estómago y como piedras arranqué todo lo que dolía, lo que pesaba, pero olvidé dejar un residuo, olvidé permanecer, mantener separadas las telarañas entre lo malo y lo bueno, y buscando el alivio lo saqué todo, absolutamente todo. Y ví, en ello, tus manos huesudas ayudándome a sacar de cuajo cualquier retazo que quedara; como el partero indolente frente a mis gritos, del retoño de nuestras memorias.

Me muer(d)o. Y el ciclo continúa. La loba vuelve a la tierra del descanso de su luna quebrada para ser parte del todo. Práctica y feliz. Esperará a que un día, un mal cachorro quiera saberla en su vientre, reparadora, y absorba en un lamido sus cenizas triunfantes en la espera de sangre joven para volver a la vida.


Yo ya no escribo cartas. No observo más que mis patas atrofiadas y no puedo llegar de otra forma. Ya no grito. Ya no hago más que esforzarme en respirar mis últimos estertores. Ya no hago nada. Ya no depende de mí. Y te lo escribí en la cara con una seguridad que hoy me sorprende. Hoy me lo repito a mi misma con certezas que sorprenden. Pero no puedo más nada. Aunque quisiera, eso es todo.

Ojalá una sonrisa al final de la sombra.



con disposición.