23.12.08

Descargos pascueros.



Odio la navidad. Me carga toda esa gente comprando como loca para reponer la falta de cariño anual. Para reponer los olvidos de los cumpleaños en los que la gente dice "ya, para navidad le compro algo realmente bueno", o para simplemente cumplir. Me carga que la gente se estrese tratando de identificar qué regalar si al final todos terminamos cambiando lo que se pueda con la boletita adjunta. Y no me vengan con que el verdadero sentido de la navidad es el nacimiento del niño Jesús, porque, por favor, la fecha fue un consenso con la renovación del año solar romano y jesús no nació en invierno, porque o si no ningún puto pastor podría haber estado cuidando sus ovejitas afuera por que por supuesto, si es invierno neva (en el hemisferio norte por lo menos, o en cualquier parte menos en Chile) y si neva no hay ni una puta hierba que comer. No creo en el viejito pascuero, aunque una vez mi prima me hizo dudar al contarme que lo había visto en su balcón, yo, obviamente, le creo a mi prima y teníamos una edad razonable como para que estuviera inventando pelotudeces. Podría decir que eso es lo único que valoro de estas fechas, que como las familias sin excusas no se juntan, esperan la repetitiva conformación de la familia de un talibán llamado josé y de su esposa maría bin laden para reunirse y mirarse las caras cansadas de un año completo sin verse. Bueno, al final, la vida es cualquier cosa menos fácil y perfecta, y eso es lo que la hace entretenida, o si no en realidad nos volveríamos locos con los parientes pegados en la casa todo el año.
Algo que me revienta de esta época es la comida. Colademono, pavo y el invitado de piedra, el inexorable pan de pascua, que nadie sabe de dónde sale pero que todos, sin discriminación de edad, sexo o preferencia religiosa, comen a destajo. Ya me acostumbré incluso a comerme las frutitas confitadas que nadie se come, sólo porque al igual que las pepas de sandía, me da flojera sacarlas, y mal que mal, cuando uno necesita azúcar, es capaz de comerse hasta las beterragas.