19.7.08

Sintomatología.

A veces nada, nada nos hace cambiar de opinión. Ni siquiera una linda historia de amor, o una horrible.

A veces tenemos ideas tatuadas en la piel , recuerdos tallados que no salen ni siquiera beberse completas las pilas bautismales de las iglesias del mundo. Ni una bofetada sirve para acallar todas esas ideas grotescas que surgen cuando se te cruza la memoria por el camino. Aunque sería bastante útil dejar libre a la yo que tengo aprisionada en el closet, sacarle la mordaza y dejar de que me patee por el suelo y me haga reaccionar.Es eso o el coma, que ya se ha transformado en el sueño que le pediría a los fabricantes de falabella. Es poco decir que los colores me molestan, la luz, las risas, el ocio. Asumí que lo que tengo es una enfermedad incurable, con un tumor carnoso recubierto de tejidos de desconfianza. Eso me tranforma en el cúmulo insidioso, envidioso, intruso, vulnerable e inseguro que soy. Un trozo de carne que busca ser redimido de su tormento mediante un azote o dos o tres. Y que me arrebaten el tremendismo. Eso sobre todo. Las ganas de arrebatarme todo y entregarme borrada a la vida. Limpia, blanca, taciturna. Casi inocente, de nuevo. Para volver a caer o quién sabe, dejar por fin, sin temor, que el control se me escurra de entre los dedos.

No hay comentarios: