19.5.08

De cucharas y pajitas.


Siempre he pensado que la cuchara es el cubierto perfecto. Puedes comer arroz, yogurt, fideos y sopa con ella. Si te esfuerzas, puedes hasta cortar carne. Puede servir de espejo e incluso para encresparte las pestañas. O sea, de herramienta multifuncional a artículo de belleza. También he pensado que podríamos ahorrarnos mucho lavando platos posteriormente, si solo pusiéramos una cucharilla en la mesa. Aún así, he de decir que la cuchara perfecta, no es de metal, si no de porcelana o plástico duro (no de esas desechables) si no de esas que sirven para darles de comer a los bebés. Tiene un sabor inexistente. Esa es la gracia.

Ahora, es cierto que estructuralistamente la cuchara se inventó para consumir alimentos líquidos. Sin embargo, para esa función, pienso perfecta la pajita, bombilla, popote o como quiera usted llamarle al artículo de material desechable, de forma cilindral ahuecada, que debe ser succionado por un extremo mientras el otro extremo está sumergido en el brebaje en cuestión. No hay nada mas perfecto que eso. El sabor, la consistencia, todo se vuelve un placer inconmensurable. Quizás por la porción de la bombilla que se asienta en la lengua, quizás topa con el sector del “gusto delicioso” y por eso los sabores son particularmente ricos.

1 comentario:

Pandora dijo...

Amo las cucharas...

Siempre llevo una para comer...


Se te extraño... tu "regalo" te espera...


Saludos ^^