20.2.08

Diva.

Puedes estar en Santiago de Compostela o en ninguna parte. Puedes estar en Toledo y a la vez en ninguna parte. Puedes estar en tu pelo, en tus rodillas, en tus dedos cayéndose a pedazos desparramados en un tren.
O no.
Puedes estar en ese dolor de estómago permanente cuando piensas en regresar. Puedes estar en la lamprea que viste en la mañana o en la anguila que soñaste que pisabas. En el collar que no te puedes poner porque tu cuello, a pesar de ser un cuello realmente hermoso, es demasiado sensible.
Puedes estar en la sangre de tu menstruación olvidada en un baño europeo. O no. O definitivamente no.
No estás.
Puedes estar en los hijos que no tuviste, afortunada, y que no verás morir a tus pies. En la madurez que se consigue entre atracones, lápices que te obligan a escribir y caminatas nocturnas por rocas llovidas. O no. Y en realidad, el resultado es el mismo.

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