11.11.07

Siseo a la identidad y al silencio.


Los reptiles nos recogemos

en el silencio helado de la tierra.

Casi violentamente planteo los alcances de la insconstrucción.

¿Hasta qué punto una persona no construida puede llegar a estructurar una vida? La respuesta es el silencio, ese en el que los reptiles suelen recogerse. La falta de concreción, que atrapa como peste a los protagonistas de cualquier problemática es un determinante en su devenir. Y sepulta cualquier posibilidad esperanzadora. Por una parte, el uno, que con el silencio se ha resguardecido por tantos años, fijado por su indecisión y su inseguridad, se transforma en un hombremujer que ya estaba muerto y que no cuenta con su deceso. Y el dos, en un intento extenuante por seguir viviendo, se dedica a una inconclusa y eterna reconstrucción.

Si me sintiera optimista, añadiría algún mensaje que refutara ambas opciones, y apelaría a la posibilidad romántica de las nuevas oportunidades; pero guardaré silencio y mantendré la idea de que nada queda por hacer cuando los seres humanos están cansados ya del sol.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El sol nos da la energía, no te puedes cansar de la vida.

Te estas acercando a Franz Kafka :S

Anónimo dijo...

Arriba postio Javier Ñ.