29.4.11

Incongruencias.

Quiero coger hasta que ya no exista nombres para nada. Quiero un amor loco irresponsable. Tantas veces, morir sin consciencia, inundarme de agua. Ser la hermana lésbica, incestuosa, que besa sin pensar en la boca, robando mamadas perdidas en algún instante que no se evidencie nunca.
Ser tan libre y tanto secuestro.
Tanto de tanto y tanto de tan poco.
Quiero perderme entre tus piernas que no son más que ideas flotando-esperando que las construya a mordidas. Y, sin embargo, no tengo nada. Sin embargo, me quedan mis propias piernas, mis propios dedos, mis propias mascadas que en realidad no son mascadas y son solo intentos solapados de encontrar algo cuando no existe nada, porque no tengo nada. A veces me pregunto qué se siente perderse en el fondo del vaso una vez que ya has aprendido a decir culiado y no puedes volver al reparo. O será costumbre y no reparo y todo vuelve al círculo vicioso de no configurarse en nada y seguir siendo consciente de todo y muriendo con ello. O dispararse y perderse en un nacimiento sanguíneo lingual y en la fantasía.
En aterrizar y volverse bolsa de plástico.
En ser un parto.
En ser el botón del sleep en la tele.
En seguir siendo nada o el alprazolam o el ravotril o el peso del mundo en los ojos que no me deja seguir escribiendo.

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