3.12.10

Orígen.

Me llamo Paz Alejandra de Jesús y fui mortalmente vacunada por un travestismo solapado que se me encarnó en el nombre. Soy algo así como un tercio hombre. Por eso estudio género, que, es el mejor lugar del mundo para aislarse de ellos y a la vez concentrarse en ellos.

Cuando me di cuenta que estudiar eso no tenía futuro laboral, fue cuando todas las personas en las entrevistas de trabajo miraban con cara de asco y decían directamente: "qué fome". Pero así soy yo, tengo intereses que no corresponden a los deberían.

Cuando era chica practiqué durante mucho tiempo una técnica para cerrar los ojos y aún así ver un poco. Porque me encantan las cosas así, ambiguas, incluyentes. Me gusta tener todo y que el todo me tenga. No perder ni un poquito. Ambiciosa o golosa, según como se vea. Ahora, aspiro a incluirme a mi misma en los relatos que elaboro en mi autocreado deficit atencional. En el dejo conmigo misma, en las deconstrucciones que hago habitualmente porque me gusta, solo porque me gusta, por que soy adicta a replantearme la vida y a rehacerme, pero mejor, siempre mejor.

Reconozco que las adicciones cansan porque te destruyen. Jalarse los replanteamientos te pone duro. Te hace sudar hasta la más mínima de las intenciones sin la posibilidad de limpiartelas sobre el labio superior. Amaneces con erecciones dolorosas, con los dedos y los ojos tan irrigados que es imposible enterrarlos en algo sin que con ello se te parta la cabeza.

Creo que no hay nada más allá de la muerte. Te mueres y listo, o si no la vida sería realmente justa y la avalancha fantasmagórica jamás habría llegado a los seres humanos hasta mojarles mucho más que los pies.



2 comentarios:

Pandora dijo...

Quizas tu tercio hombre sea la razon por la cual te amo tanto :*

Tengo hambre dijo...

Paz disculpame por la pataleta del otro dia.